domingo, 12 de febrero de 2017

Ruta a les cases de l'Arguenya




Para esta ruta salimos desde la carretera de Alcoy, dirección Castalla, una vez pasados tanto el puerto de montaña como la cantera de áridos que está a nuestra derecha.



(c) Instituto Valenciano de Cartografía

Nos adentramos en el camino que discurre paralelo al Barranc dels Frares, parte de cuyo cauce ya recorrimos en la ruta anterior.

Camino de entrada, bordeando l'Altet del Vent

Primer tramo de nuestra ruta, siguiendo el Barranc dels Frares, que discurre por nuestra izquierda. A la derecha, l'Altet del Vent

Barranc dels Frares. Detrás, la Lloma la Palla
Justo en este punto, el barranco hace un giro de noventa grados a la derecha para discurrir paralelo a la carretera.

Punto en el que el barranco cambia de sentido
En su cauce había un minado que suministraba agua a la casa veraniega de Morodes, que queda al otro lado de la carretera. Todavía quedan restos de las tuberías que la transportaban de un lado del camino al otro. 

Restos del pozo en el Barranc del Frare 
Siguiendo el trazado de esta canalización llegamos a un refugio excavado en el margen del barranco en el que se refugiaban los mineros.




El camino por el que vamos discurre entre el l’Altet del Vent a la derecha y la Lloma de la Palla, a la izquierda.


Lloma de la Palla a la dcha.



Bastante después de cruzar el cortafuegos de la línea de alta tensión y antes de llegar al siguiente collado en el lado de la solana, está la Caseta de Granero, que era un refugio de labradores.

(c) Google Earth


Cuando yo era niño, había una hermosa viña en la parte baja de la finca, a la que iba con mi padre allá por los años 35 y 36, a esperar las perdices. La casa tenía cuadra para tres mulas y chimenea, como aún se aprecia pese el estado ruinoso en el que está.

(c) Instituto Valenciano de Cartografía

Seguimos por el camino, dejando atrás el nacimiento del Barranc del Frare. Un poco más adelante, la inclinación del terreno es más pronunciada. A nuestra derecha, en un profundo cauce discurre el Barranc de l'Infern, que nace entre la solana de l'Alt de les Voltes y la umbría de l'Altet del Vent

Nacimiento del Barranc de l'Infern
(c) Instituto Geográfico Nacional

Esta profunda hondonada, que llegaba hasta el cruce del camino con el cauce del barranco, fue aprovechada en el pasado como tierras de cultivo, con pequeñísimos bancales escalonados, por lo que era conocida como La Foieta de la Ingeniera, a quien pertenecían. De ella he hablado en otras rutas porque era propietaria de muchos terrenos en el término municipal de Biar. Se le conocía con este nombre por ser hija de un ingeniero que vivió en Biar.

Mapa de sombras de La Foieta de la Ingeniera. (c) Instituto Valenciano de Cartografía
Hoy en día parece imposible imaginar que este estrecho espacio de tierra pudo alguna vez dedicarse al cultivo pero en las mapas de relieve todavía se aprecían las terrazas escalonadas que se prepararon para destinarlas a ese uso.

Primer bancal de les Foietes, junto al camino como lo vemos actualmente
(c) Google Earth
Punto en el que el Barranc de l'Infern atraviesa el camino. A la dcha. un pequeño barranco se une a su cauce

A partir de este punto el Barranc de l’Infern, hace honor a su nombre ya que su cauce se vuelve mas abrupto y  profundo, bordeando a su paso la Lloma de la Palla

Barranc de l'Infern a su paso por la Lloma de la Palla
Antiguamente los cauces de los barrancos discurrían limpios de vegetación lo que permitía usarlos como caminos. En ellos todavía encontramos estrechas sendas por las que atajar distancias.

Dejamos atrás unos antiguos bancales escalonados a nuestra izquierda conocidos como Els Bancalets del Sarandero, antiguamente plantados de olivos y ahora de pinos jóvenes.

(c) Instituto Valenciano de Cartografía




Bancal del Sarandero

A la izq. vista aérea de los años 50 del bancal. Dcha. pinar que actualmente ocupa el lugar. (c) Instituto Geográfico Nacional
A continuación el camino discurre por una zona llana de bancales abandonados donde hace unos años podíamos encontrar panales de abeja junto a la antigua Caseta de Sixto, que era quien se encargaba de su cuidado.


Antigua caseta del Tio Sixto. La misma imagen tomada con muchos años de diferencia. Conserva el mismo aspecto mientras que el entorno está mucho más poblado.
Cuando sólo era un chaval solía ir para ayudarle a la recogida de los panales o bresca junto a su hijo Juanito, ya que la recompensa era compartir una deliciosa paella, cosa que para alguien de buen comer como yo, no tenía precio.

Entre los dos llevábamos en una carretilla los panales de miel para que el Tío Sixto los cortara eliminando aquellas partes que no contenían miel. La recolecta se hacía dos veces al año, una de miel de romero y otra de miel de tomillo.


Después de una jornada de caza, almuerzo en la caseta de Sixto, que es el que está en medio de la fila de atrás. Mi padre, el primero de la fila a mano derecha y yo, en cuclillas en el lado opuesto.

Por su lado pasa la Senda de les Voltes, que tantas veces recorrió mi padre de niño, como contaba en la Senda del Abuelo David y que en muchos tramos ya es difícil de reconocer. en las fotos aéreas de los años 70 todavía se puede ver perfectamente su trazado así como localizar fácilmente la cueva ya que en aquella época apenas había vegetación.

Distintos tramos de la senda
En amarillo, a la izq. la senda de l'Alt de les Voltes y a la dcha. la pista forestal. (c) Instituto Geográfico Nacional

Ésta va discurriendo paralela al cauce del Barranc de la Coveta Blanca, así llamado por el abrigo rocoso que podemos encontrar en su ladera, a unos 500 metros de la caseta antigua de Sixto.

La cueva no tiene fácil acceso ya que la vegetación ha terminado por ocultar la senda que desciende hasta ella y las paredes verticales del primer tramo están totalmente agrietadas y parcialmente desprendidas, que amenzan con caer de un momento a otro.


Coveta Blanca

Nos dirigimos por la pista a la otra casa que el Tío Sixto se construyó posteriormente, muy próxima a la anterior.

Camino de acceso a la Caseta de Sixto
Nueva caseta de Sixto

(c) Instituto Valenciano de Cartografía

En la parte baja de la finca nace el Barranc de la Garrafa. Tomamos desde la propia casa la senda que, siguiendo dicho barranco nos lleva a tres minas en las que hace nuestros mayores contaban que se extrajo plata, conocidas por este motivo como Les Minetes de la Plata.




La primera de ellas queda a la altura del  pozo de agua que se excavó en el cauce del barranco.

Tramo de la senda en el que se encuentra el pozo

Entrada a una de las minas


Interior
En este tramo, este barranco se une al Barranc de l'Infern, convirtiéndose en uno sólo hasta el final de su trayecto.

Senda dentro del barranco por la que bajamos a la siguiente mina

Boca de entrada de la siguiente mina
Interior
A pocos metros de esta mina hay una entrada a otra, prácticamente obstruida por piedras y tierra, lo que la hace pasar desapercibida, de la que desconozco que tipo de materiales se extraía.

Entrada taponada de una mina

Interior visto desde el orificio que queda libre en la entrada

No sería descartable que las minas de ocre que los libros antiguos sitúan en Biar, estuvieran precisamente en esta zona, tan rica en minerales y rocas.


"Itinerario Descriptivo de las Provincias de España y sus Islas y Posesiones" de A. Laborde. (1809)


"Descripción General de España e islas dependientes de ella". F. Verdejo Páez (1828)


"Carta crítica de D. Alvaro Gil de la Sierpe al autor de la obra intitulada Atlante Español"- Joseph y Tomás de Orga (1787)


Camino por el que descendemos en busca de la siguiente mina

Entrada de la tercera mina
Interior



Aunque no hay referencia a que sean éstas en concreto, distintas fuentes en diferentes épocas recogen la existencia de minas de este metal dentro del término de Biar.


1808


1831

1841

Seguimos descendiendo y encontramos los restos de un pozo a nuestra izquierda y un minado excavado en la roca a nuestra derecha, al que las zarzas nos impiden el paso.


Acceso al minado

Boca de entrda
Aún recuerdo en mi infancia haber visto brotar agua de la misma, llegando a encharcarse a su entrada y manar en cantidad suficiente para ser canalizada mediante tuberías hasta una pequeña balsa, de las que todavía quedan restos. El agua se destinaba al riego de los árboles frutales que se cultivaban cerca de allí.

A pocos metros ladera abajo está las canteras de la Finca del Tio Valentín que visitamos en La Ruta de les Pedreres.



En la zona del entorno se encuentran los restos de extracciones de distintos materiales pero que no dieron lugar a grandes explotaciones como en otros lugares de Biar.

Recorriendo los distintos rincones de la zona
Regresamos nuevamente a la Caseta del Tio Sixto para seguir por la pista forestal hacia las casas de L’Arguenya.



Caseta de Sixto

Antes de que se construyera esta pista, existía una senda desde la cantera de arcilla que acababa en el mismo punto después de atravesar les Llometes de la Casa Mira, pero hoy en día sólo se puede reconocer en parte, ya que la falta de uso y la vegetación está provocando su desaparición.

Foto aérea de los años 50 en la se ve el trazado completo de la senda. (C) Instituto Geográfico Nacional


Pista forestal por la que continuamos la ruta
Descendemos por la pista, que también atraviesa las lomas mencionada, siguiendo en paralelo el curso de un pequeño barranco.

(c) Instituto Valenciano de Cartografía

En su cauce, un poco antes de llegar a la carretera, se construyó un pozo que suministraba agua a Casa Mira, para uso doméstico ya que los animales bebían de los aljibes.




En el fondo del mismo, el agua aun permite ver el reflejo del cielo.


La casa que le dio el nombre a estas lomas y el pozo ya no existe y perteneció al Marqués de Villagracia.


De izq. a dcha. Luis Santonja Crespo (1823-1897), Luis María Santonja Almela (1851-1906) Luis Mária Santonja Mercader (1886-1967), primer, segundo y tercer Marqués de Villagracia.

Plano de 1897 de la casas de l'Arguenya. En rojo, en 1922, se trazó sobre el mismo la que sería la actual carretera de Castalla a Sax, que dejaría dos de las casas al otro lado de la misma. (c) Instituto Geográfico Nacional
A lo largo del tiempo fue conocida también como La Casa de Mira, Casa del Tío Diego y también La Casa del Pi, por un enorme pino que estaba a la entrada de la vivienda. De seguir en pie, hoy en día la veríamos al otro lado de la carretera. De ella ya he hablado con anterioridad en otras historias, ya que yo la frecuenté en mi juventud cuando vivía la familia del Tio Diego en ella.

Al otro lado de la carretera, finca en la que se levantaba la Casa Mira

Fotografía realizada por Eleuterio Albero en la Casa Mira. De pie, de izq. a derecha: Tío Diego, Asunción Albero (hija), Amparo Francés (nuera), María Albero (hija), Asunción Román (mujer), Doña Consuelo, Amparito (Ñaña).
Delante sentados: Diego Albero (hijo) y Don Ramón.
Foto cedida por Diego Albero (nieto), 
La pista finalmente desemboca en la carretera a Sax por la que nos dirigimos en dirección a l'Arguenya.

Punto en el que la pista desemboca en la carretera, antiguamente, camino de l'Arguenya

A la izq. Casa de Santa Aurelia. Al fondo, a la dcha. Casa del Metge
La siguiente casa es la de Santa Aurelia y al igual que la anterior, ocupa un lugar importante de mis historias y las de mi familia, ya que como he contado en diversas ocasiones, aquí nació y se crió mi padre. Permaneció en la casa hasta algún tiempo después de casarse con mi madre, María Gimeno.

Mis padres, el día de su boda
Mi abuelo Batiste, ya casado con mi abuela Milagros, consiguió por arrendamiento el puesto de mulero, siendo entonces la casa  propiedad de D. Julio Moreno Martínez, miembro de una importante familia de Granada, casado con Carmen López Santonja, pariente del Marqués de Biar.

Mis abuelos Batiste y Milagros


Luis Moreno Martínez en medio y a la derecha su hijo Luis



                                                               Fotos cedidas por Luis Moreno Garzón

También era propietario de una de las casas de la Venta de Biar, en la que trabajaba mi tío Manolo, hermano de mi padre.

La casa contaba de vivienda para los propietarios, el servicio, una cuadra y también su propia ermita. La construcción de la carretera a Sax, al igual que la de Campana, ha quedado entre el trazado de la misma y la nueva autovía.

A la izq. ermita de la finca. Dcha. entrada principal

Finca vista por su lado posterior

Vista de la casa de Santa Aurelia desde la Casa del Metge







Dejamos atrás la finca para dirigirnos a la siguiente casa de l'Arguenya: la casa del Metge o también conocida, como la de Amorós, construida a los pies de Els Cabeços del Portell. 

(c) Instituto Valenciano de Cartografía

El primero de los nombres se lo debe a D. Antonio Herráez, médico en Biar a principios del siglo XX, quien también era propietario de la Casa del Secanet. Ésta la utilizaba como residencia de veraneo.

D. Antonio Herráez

Casa del Metge

Sobre la entrada curiosamente han puesto el nombre de Santa Aurelia, que es en realidad el nombre de la casa que hay en la carretera y no ésta.
De las cuatro casas que existían, la de Mira (desaparecida), del Metge, Santa Aurelia y de Camarasa (desaparecida), salían respectivas sendas que subían por la ladera de la montaña y que en un determinado punto convergían en la que se conoce como la Senda de l’Alt de les Voltes. Esta era la vía de comunicación habitual de los habitantes de estas casas cuando iban al pueblo sin carro.

En amarillo, las diversas sendas que nacían en las casas para terminar uniéndose antes de llegar a la Caseta de Sixto, conocida antiguamente como la senda de l'Alt de les Voltes, hacia donde se dirigía. En trazo más nítido, la actual pista forestal. (c) Google Earth

Nosotros tomamos un camino viejo que sale desde la Casa del Metge en sentido ascendente, que nos lleva hasta el paraje de La Rufaca. A su paso por esta zona, el Barranc de la Coveta Blanca aparece en algunos mapas como el Barranc de la Rufaca.


Camino a través de Els cabeços del Portell, que desde la Casa del Metge sigue en dirección al Racó de la Rufaca
(c) Instituto Valenciano de Cartografía

Cuando llevamos unos 300 metros recorridos, encontramos un pozo de agua construido cerca de los bancales de almendros, pero que está actualmente seco.

Pouet de la Rufaca

Dentro todavía de la finca y lindando con los montes encontramos un roca prominente conocida como El Cantal de la Poput.

(c) Instituto Geográfico Nacional

Cantal de la Poput
Barranc de la Coveta Blanca visto desde la Rufaca. En las paredes verticales de la roca está la cueva

Vista de la Casa de Santa Aurelia y la Casa del Metge, a los pies esta última del Cabeço del Portell. En el lado opuesto del valle, la Serra de Carrión, el Puntal de Carros y el Cabeço de Santonja.

Seguimos por el camino que discurre al principio bordeando el bancal para finalmente atravesarlo en dirección al Cabeço de Valero.

Cabeço de Valero

(c) Instituto Valenciano de Cartografía
Durante nuestro recorrido sobrepasamos tres bancales separados por una pequeña loma. Un poco antes de llegar al Barranc de Coveta Roja/ Font de Joan, a los pies de dicho cabezo, tomamos el camino que discurre por el cortafuegos hasta alcanzar la pista forestal.

(c) Google Earth
Primer bancal que atravesamos siguiendo el camino

Loma que atravesamos y segundo bancal

Tercer bancal, separado por el barranco de la Font de Jjoan del Bancal del Cirer

Una vez en la pista, giramos hacia la izquierda hasta el camino que sube hacia el Barranc de la Cova Roja, cueva que es visible ya desde este punto de la pista.

(c) Instituto Valenciano de Cartografía

(c) Google Earth

Pista forestal. En la de la izq. peñasco en el que se encuentra la cueva
Allí doblaremos a nuestra izquierda buscando nuevamente el barranco el camino que sube hasta unirse con la senda que discurre por todo su cauce.

Camino de acceso al barranco

Ascendemos por su cauce para regresar al pueblo.




En el tramo más abrupto sobrepasamos la Coveta Roja, que ya habíamos visitado en otra ruta.


Seguimos por la senda hasta la parte alta del barranco y allí visitaremos nuevamente la Font de Joan.



Cuando alcanzamos la parte mas alta del barranco llegamos a la Fonteta de Joan, que visitamos en otra ruta.
Uno de los tramos más frondosos que encontramos durante el recorrido

(c) Instituto Valenciano de Cartografía


Fonteta de Joan

Orientándonos por las señales de la ruta PR 155-CV de la Generalitat, nos dirigimos por la senda que señala como destino al Rebolcador, aunque el nuestro es la cima de la Penya Tallada.

Senda hacia la Penya Tallada

Un vez hemos llegado allí, nos dirigimos en dirección al Pico el Frare recorriendo todo el tiempo la cima, sin abandonar en ningún momento la senda que recorre el macizo transversalmente.


Lugar de la cima en la que nuestra senda termina y se une con la que la recorre longitudinalmente


(c) Google Earth

Punto geodésico de la Penya Tallada



Cuando estamos ya próximos a este pico, la senda se desdibuja pero tomando como referencia los peñascos seguimos un tramo más hasta que finalmente desciende.



Vamos dejando a nuestra izquierda el Pico el Frare y nuestra senda desemboca en el camino forestal que discurre paralelo al Barranc de Santonja.


(c) Instituto Valenciano de Cartografía


Desde allí, nos dirigimos al Corral del Frare, para bajar por el camino forestal que rodea el pico y que desemboca en la la otra ladera del macizo, en las proximidades del Cantal Gitat.

(c) Instituto Valenciano de Cartografía


Corral del Frare y camino de regreso al pueblo
(c) Google Earth

Descendemos hasta el Camí del Destallador y de allí, al Camí del Castellans por el que llegamos finalmente al pueblo.



(c) Instituto Nacional de Cartografía