En varias de las rutas que aparecerán en este blog se hablará de la terreta d'escurar, arena utilizada antiguamente para fregar platos y cacharros.
A pesar de que la primera máquina lavaplatos se inventó a mitad del siglo XIX en Estados Unidos, estas modernidades no fueron conocidas y disfrutadas en España hasta la segunda mitad del siglo XX.
A la gente joven le puede resultar ahora inconcebible que no se usaran jabones químicos para la limpieza ya que ahora los encontramos de todos los colores, texturas y perfumes y que además, se tuviera que fregar fuera de casa, pero no hace muchos años aun utilizábamos los elementos que la propia naturaleza nos ofrecía para esos fines, especialmente en los pueblos rurales, ni tampoco todo el mundo disponía de los medios necesarios para realizar en casa este tipo de tareas.
Primer lavavajillas, patentado en 1886 |
La ceniza era el material de limpieza más abundante y fácil de obtener y era utilizada directamente para fregar los platos o indirectamente para la fabricación de "lejía", mezclándola con agua muy caliente y dejándola reposar algunos días, para su utilización en el lavado de la ropa. También para hacer la "colada", así llamada porque en un recipiente se alternaban la ropa con telas de saco y ceniza, sobre todas ellas se hacía pasar agua muy caliente, "colando la ropa".
Una alternativa a la ceniza era la terreta d'escurar, arena muy fina pero más difícil de encontrar. Su uso permitió la aparición en algunos pueblos del oficio de arenero, vendedor ambulante de tarros de arena, que al grito de: El areneeeero!!!! la ofrecía por las casas.
En Biar éramos más afortunados ya que este material era muy abundante en todo el término municipal y cada uno se cogía la que necesitaba. Todavía podemos encontrar las concavidades que se formaban por la continua extracción del mismo, por ejemplo, junto al Molí de Don Joaquín (así llamado por mi padre pero que es conocido entre otros nombres como el de l'Almoina), en la Tosquera o en la zona de l'Aler.
A este arenero iba siendo niña mi hermana Milagros, a la que mi madre enviaba con un saquito para coger la
que necesitaban las mujeres de la casa de la Fontsanta, finca en la que vivimos desde 1931 hasta la Guerra civil, ya que que está muy próximo a la misma.
Cavidad junto al Molí de don Joaquín |
Cavidad de terreta d'escurar próxima a la Coveta de Morilla, de camino a l'Aler |
Cavidad en la finca de la Tosquera |
A falta de agua corriente en las casas, los cacharros se lavaban en los lavaderos públicos o en las acequias abiertas más próximas.
Mujeres lavando ropa y cacharros en el desaparecido lavadero de Biar. Foto: Blog Apiarum |
Tramo de la acequia en la rambla de los molinos de Biar que era usado como lavadero por las mujeres de la casa de la Fonsanta, al que llegaban bajando por una senda. |
La millor terreta del món...
La ciudad de Alicante y, por extensión, su provincia están unidas desde el siglo XIX a la expresión: Alacant, la millor terreta del món.
En abril de 1841 el primer Marqués de Molins, aficionado a la escritura, compuso una poesía dedicada al también poeta D. Manuel Bretón de los Herreros, en la que aparece el verso: La Millor Terra del Món, refiriéndose a la ciudad de Alicante, en la que el marqués tenía la finca El Carmen, para alabar la bonanza del clima de dicha ciudad.
Primer Marqués de Molins |
Es la millor terra del món, perque el poeta li ho va dir,
Partitura del Himno de Alicante |
Racó de una Hoguera de Alicante. Foto de 1930. |
Así, cuando alguien se pavoneaba con la excelencia de nuestra provincia repitiendo la frase: Alacant, la millor terreta del món, siempre había algún Biarut que cotestaba: Sí, però la d'escurar.