martes, 1 de marzo de 2016

Les Creuetes: senyals del passat en els nostres montes


Nuestros montes albergan muchos tesoros, a veces sólo conocidos por un número reducido de personas, como es el caso de "les creuetes", unos grabados en una roca o petroglifos, como los llamarían los expertos, que se encuentran en la Sierra de Onil y Biar, pero dentro ya de nuestro término municipal.

Roca sobre las que están grabados los petroglifos ubicada donde nace el macizo de l'Alt de la Creu
Los petroglifos vistos de distintos ángulos: 3 cruces más una marca independiente.

Su localización es difícil ya que la roca está en las faldas del macizo en el que se alza l'Alt de la Creu, en un paraje de escasa vegetación y en el que hay una gran dispersión de rocas de aspecto parecido a la de "les creuetes". 
Roca en la que están los grabados y el entorno


Quizá por ese motivo, sólo para alguien como un pastor, que  suele patear con calma los lugares en los que el ganado pace, unas marcas como éstas podrían atraer su atención.


Hace ya más de viente años, en Biar comenzaron a formarse cuadrillas de voluntariado medio ambiental, de la mano de ese gran defensor de la naturaleza que fue Carlos Aguilera Salvetti, compuestas principalmente por gente joven del pueblo, entre ellos Vicente Guill, el hijo de mis buenos amigos Vicento y Anita.


Aquella era una época en que el senderismo aún no era una moda pero sí que eran habituales los grupos de "domingueros" y campistas que en muchas ocasiones no respetaban las precauciones a la hora de encender un fuego en la montaña o dejaban todos los desperdicios esparcidos por los parajes. La principal labor de estos grupos era informativa pero también de recogida de la basura abandonada por los montes. En una de estas salidas Vicente tuvo la suerte de conocer a una persona de Onil que era gran conocedora de las sendas y los lugares de las Sierra que ambos pueblos compartimos. Por los recuerdos de aquel encuentro y por referencias posteriores creemos que se trataba de Miguel Sempere, conocido en Onil como "El Tio Cata", ya fallecido, del que podemos encontrar una placa conmemorativa en la Penya Buitrera.

Esta persona explicó que tiempo atrás había conocido a través de un pastor un lugar cerca de l'Alt de la Creu en el que había grabadas unas extrañas cruces en una roca, lugar que mostró a Vicente y a su sobrino Dani que le acompañaba.

Desde hace 20 años son pocas las personas que han sabido del mismo. Se trata de una marcas que no dejan indiferente por su aspecto extraño y por su aparente antigüedad.

Imágenes invertidas de las marcas

Los petroglifos o grabados rupestres son figuras más o menos sencillas, a veces geométricas, otras representando hombres o animales, que se han dado en distintas épocas de la Prehistoria, a lo largo de todos los continentes. En concreto los grabados en forma de cruces se ha dado en cualquier periodo aunque no en todos los lugares.



Fuente: Petroglifos en el Septentrión del País Valenciano. N.Mesa y J.L. Viciano

Para su realización se utilizaba algún tipo de utensilio de mayor dureza que la propia roca. Sus significados y finalidades son totalmente desconocidos y las distintas teorías hablan tanto de posibles rituales mágicos como de una forma de transmisión de conocimientos o lenguaje.

Posibles utensilios utilizados para los grabados
Mientras que los restos de asentamientos prehistóricos son bastante abundantes en toda nuestra comarca, no sucede lo mismo con los petroglifos.

Los más conocidos son Les Graelletes del Campo de Mirra, así llamados porque algunas trazas recuerdan a una parrilla. 

Distintos petroglifos de la roca de Les Graelletes
El lugar en el que se encuentra se cree que fue donde Alfonso de Castilla, yerno de Jaume I, levantó su campamento cuando comenzaron las negociaciones entre ambos, que finalizarían con la firma del Tractat d'Almizra.

Les Graelletes están ubicadas en la vaguada que discurre entre el cerro de Les Fantasmetes y el de Sant Bartolomé. En el primero de ellos se encontraron los restos de un yacimiento de la Edad del Bronce, época a la que según los expertos pertenecen también parte de los petroglifos. Desde 2015 son un Bien de Interés Cultural de la Comunidad Valenciana y lugar que goza de especial protección, con categoría de Monumento, aunque hace ya algunos años que forma parte del Inventario General del Patrimonio Cultural Valenciano.

Placa informativa sobre Les Graelletes
Otro ejemplo de petrogliflo lo encontramos en el Cerro de Arabilejo de Yecla, en cuya cima están además los restos de un poblado de la Edad del Bronce. En este caso, predominan las figuras circulares. En esta misma localidad se encontró un petroglifo de forma estrellada, en el paraje de Tobarrillas la Baja y que en la actualidad está expuesto en el Museo Arqueológico de Yecla. Se cree que pertenece a los finales de la Edad del Bronce o principios de la Edad de Hierro.

Petroglifos de Arabilejo
Petroglifo de Tobarrillas la Baja
En Alcoy, en el paraje de Barchell, también existen al menos dos petroglifos en forma de cruces que al igual que las de Biar, todavía no sido "descubiertas" por la Arqueología.

Cruces del paraje de Barchell. Fotos: Enric.
Tomadas del Blog: PAHISCUL - Cronicas de Campo
En Onil, en la cumbre de la Fenassossa o Cenezosa, cerca del punto geodésico, encontramos una cruz y una marca inacabada:




Fotos cedidas por Enrique Verdú Jordá

Nuestros asentamientos prehistóricos

Respecto a los asentamientos, la mayoría se han encuadrado en la Edad del Bronce. No sólo son numerosos los yacimientos prehistóricos en nuestro término municipal sino que la abundancia de los mismos se da en otros municipios como Onil, Castalla, Campo de Mirra, Canyada, Benejama o Villena.




Asentamietos y cuevas de enterramiento conocidas hasta la fecha dentro del término de Biar

La Edad de Bronce en territorios valencianos se caracterizó por la existencia de pequeños asentamientos, a veces temporales, dispersos territorialmente cuyos pobladores utilizaban todavía pocos elementos metálicos y elaboraban una cerámica de poca calidad, pobre además en elementos decorativos. Vivían de la agricultura, ganadería y en menor medida, de la caza. Comenzaban a utilizar herramientas como el arado, hoces, punzones, morteros, martillos, mazas, hachas y espátulas. Para la caza todavía empleaban lanzas y flechas.


Los asentamientos se construían aprovechando los desniveles del terreno o en las zonas elevadas de los cerros, de difícil acceso. Las construcciones eran sencillas, de forma rectangular para las que se empleaban tanto piedras como madera.

Para los enterramientos se utilizaban cuevas o refugios de la montaña, donde se disponían los restos de más de un individuo junto con el ajuar funerario.

Ejemplo de enterramiento en cueva

En Biar, hasta la fecha, se han encontrado un gran numero de yacimientos, concentrándose muchos de ellos en la zona de la Sierra de Fontanelles y que se conocen con los nombres de: Cabezo Gordo I y II, Picacho I, II, III y IV, Fontanelles I y II y el de la Cova Negra.

De todos ellos, únicamente se considera que la ubicación tenía una finalidad defensiva en el Cabezo Gordo I y el Picacho III, dada la excepcional vista que se tenía desde estos puntos y el difícil acceso a los mismos, lo que a su vez limitaba la obtención de recursos agrícolas.

Los principales restos encontrados en los mismos fueron:
  • En la Cova Negra: Cerámica, punta de flecha, lascas, raspaderas. Todos estos objetos están actualmente en el Museo de Villena
Parte de los objetos encontrados en la Cova Negra.
Fuente: Asentamiento y Territorio de M.A. Esquembre Bebiá
  • Fontanelles I y II: lascas de silex, cerámica.

  • Cabeço Gordo I y II: cerámica, lascas de silex, mazo de molino.
Cerámica encontrada en el Cabezo Gordo. Fuente: Asentamiento y Territorio de M.A. Esquembre Bebiá
  • Picacho I, II, III y IV: cerámica y restos de hachas.
Cerámica y restos de hachas de los yacimientos Picacho III y I.
Fuente: Asentamiento y Territorio de M.A. Esquembre Bebiá 

En las prolongaciones del Reconco y por debajo del Cabezo de la Silla están los yacimientos del Cantal I y II (zona del Cantal de Ferrís). Son asentamientos construidos a media altura lo que les permitía beneficiarse tanto del cultivo de tierra como de la cría de ganado. En éstos se encontraron restos de cerámica y también el diente de una hoz.

Muy próxima a ellos está la Cova del Cantal utilizada en la misma época como cueva de enterramiento. 
Disposición de los huesos y ajuares funerarios en la Cova del Cantal.
Fuente: Asentamiento y Territorio de M.A. Esquembre Bebiá
Fotos B/N tomadas de la Revista Lucentum: La Cova del Cantal (Biar, Alicante) . López Seguí, E., García Bebia, M.A., Ortega Pérez, J.R.. Descarga de documento completo

En ella se encontraron los restos de 9 personas: 3 hombres, 4 mujeres y 2 niños más los restos de los ajuares funerarios. Parece que también se encontró algún resto más antiguo y de otras épocas posteriores, lo que indica que la cueva fue usada con fines diversos a lo largo del tiempo.

Objetos encontrados en la Cueva del Cantal.
Fuente: Asentamiento y Territorio de M.A. Esquembre Bebiá

Otro de los yacimientos encontrados se halla en el Cabeço de les Gerres, en el que todavía quedan restos de dos de los muros que cerraban el recinto. Su ubicación le permitía un control de toda la zona circundante. Aquí también se encontraron restos de elementos cerámicos.


El último asentamiento que se conoce se encontraría en el cerro sobre el que se levanta el castillo, lo que no ha permitido hallar grandes evidencias de su tamaño y del que sólo se han conseguido restos cerámicos. Muy cerca del mismo se encontraban dos cuevas de enterramientos, una ubicada en la actual calle Romero  y otra en la de Portillo.

Cerro del castillo
Todos estos asentamientos han sido estudiados y los materiales extraídos se encuentran en gran parte en el Museo de Villena o en manos de coleccionistas privados. En la mayoría de casos se trata de yacimientos que se encuentran en mal estado como consecuencia de la propia erosión, al estar permanentemente expuestos a la lluvia y el viento, o por la propia actividad del hombre ya que algunos de los lugares han sido reutilizados posteriormente con otros fines, lo que supuso la destrucción de los elementos más antiguos.

Se considera que la mayoría de ellos pertenecen a la Edad del Bronce aunque hay indicios de que alguno pueda ser más antiguo.

Los yacimientos son poco conocidos por la gente de Biar, seguramente por la poca difusión que se les ha dado. Únicamente en los periodos en que los investigadores estaban trabajando en ellos se hablaba del tema, para luego caer en el olvido.

Aunque la mayoría de información aportada en esta entrada del blog se ha sacado del libro al que hacemos referencia en las imágenes anteriores, existen estudios posteriores que lo amplían y completan, como el trabajo de investigación "Patrimoni arqueològic a la Vall de Biar: panorama i perspectives actuals", cuyo autor es el biarense Eloy Poveda Hernández, arqueólogo e historiador especialista en Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua. 

En nuestro término municipal han habido muchos manantiales y abrigos naturales que seguro facilitaban el establecimiento de pequeños asentamientos no sólo en los lugares que hasta la fecha son conocidos. El problema es que sólo los ojos de un experto son capaces de distinguir los restos de construcciones muy antiguas de otras que no lo son tanto. 

A nosotros sólo nos puede resultar curioso la presencia de determinados elementos en lugares donde no hay restos de casas de labranza o corrales próximos, como es el caso de las calderas o pilas de piedra  que hay en el Barranc de la Gota, a los pies del mismo macizo en el que están los petroglifos, pero en el otro extremo.

Pilas de piedra del Barranc de l'Ametla

Paraje en el que se encuentran esparcidas las pilas de piedra
O la existencia de "unes creuetes" grabadas en una roca cualquiera, ubicada en medio de cientos de otras parecidas.

Foto: Vicente Guill
Foto: Vicente Guill
Foto. Vicente Guill
Hemos incluido la visita a estos petroglifos en la Ruta al Pico de la Gota que está publicada en este blog y en la futura Ruta por los caminos de carros, para que los amantes del senderismo y de la Historia puedan hacer una parada más, ya que se encuentran en el trayecto de las mismas.

De esta manera, hacemos realidad el deseo del senderista de Onil de darlo a conocer a otras personas. Pero únicamente aquellos que investigan el pasado son los que pueden hacer que llegue a formar parte de nuestro Patrimonio Cultural y de nuestra Historia.