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Oleo pintado por mi mujer, Ángeles Colomina. |
Temps de codonys, o lo que es lo mismo, tiempo de membrillos. Como todos los años ha llegado el momento del membrillo. Únicamente tenemos un pequeño árbol pero generoso, ya que todos los años se llenan las ramas con sus frutos hasta doblarlas. El aire puro de la sierra le sienta bien ya que crece a las faldas de la Penya Tallà.
De este fruto, de sabor áspero, se obtiene el dulce de membrillo o codonyat, pero además, por el aroma dulzón que desprende, era utilizado en tiempos de mis padres para perfumar la ropa de los armarios. Dependiendo del grado de madurez del fruto podía aguantar hasta dos meses.
En mi casa mi mujer ha sido la encargada siempre de prepararlo hasta que decidió pasar el testigo a dos de mis hijas.
Aunque los problemas de azúcar ya no nos dejan disfrutarlo como antes, es una buena manera de agasajar a los amigos compartiendo este apreciado dulce.
Para todas aquellas personas que quieran animarse a prepararlo por ellas mismas, dejo en el blog las recetas que me han pasado cada una de ellas, ya que utilizan distintas maneras de elaborarlo: